La música como caja de resonancia de protestas, revoluciones y luchas. Música que visibiliza injusticias y desigualdades. La música como suma de identidades. Melodías, ritmos y sonidos que apelan a un futuro optimista. La música que resiste frente la barbarie. La música que la silencia.
El pasado viernes la música cesó en París.
13 de noviembre, Paris, Francia: 129 muertos, 352 heridos.
Ya suenan los himnos, canciones de guerra de los hombres cantados a veces por mujeres:
Aux armes, citoyens! Formez vos bataillons! Marchons, marchons! Qu’un sang impur
Abreuve nos sillons!
¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! ¡Marchemos, marchemos! ¡Que una sangre impura inunde nuestros surcos!
Se cree que Napoleón dijo en una ocasión «Esta música nos ahorrará muchos cañones». Read more »
Nuevo cuento remezclado para amantes en Visual 404. Esta vez, en forma de menú – degustación a base de sabores perversos cargados de sensaciones contradictorias e igualmente sabrosas. Como siempre, con la aportación musical de Stefano Ruggeri.
A modo de aperitivo, os dejo las referencias textuales, visuales y sonoras que le dan cuerpo y alma:
Referencias visuales y textuales: Lunas de hiel (Bitter Moon, Roman Polanski, 1992), Atlantic City (Louis Malle, 1980), El nombre de la rosa (Der name der rose, Jean-Jacques Annaud, 1986), El Padrino. Parte III (The Godfather. Part III, Francis Ford Coppola, 1990), ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (Pedro Almodóvar, 1984), Jamón, Jamón (Bigas Luna, 1992), Perdida (Gone Girl, David Fincher, 2014), Sólo los amantes sobreviven (Only lovers left alive, Jim Jarmusch, 2013), Arsénico por compasión (Arsenic and Old Lace, Frank Capra, 1944), Duelo a garrotazos (Francisco de Goya, 1819 – 1823).
Referencias sonoras:Slave to Love (Brian Ferry, 1985). Aria – Casta Diva – Norma (Bellini, 1831). Main title – Der name der rose (James Horner, 1986). Intermezzo – Cavalleria rusticana (Pietro Mascagni, 1890). La bien pagá (Ramón Perelló y Ródenas, 1930). Extasi extano (Chimo Bayo, 1991). What have we done to each other, Sugar storm, Hidden track (Trent Reznor & Atticus Ross, 2014). Funnel of love (Jozef van Wissem, SQÜRL, 2014).
Si tienes una idea de proyecto en cultura y capacidad de adaptación, visión periférica, estás dispuesto a experimentar, a adaptarte al medio, a aventurarte, a colaborar, cooperar y a equivocarte… ERES UN CAMALEÓN.
Con esta premisa nos inscribimos a la formación que desde Trànsit Projectes (y en colaboración con el Impact HUB de Barcelona) ofrecieron a los 25 proyectos de emprendimiento cultural que becaron.
Por ello decidimos repensar PRESSPLAY!, con el objetivo de llegar al núcleo del proyecto, dimensionarlo gracias al Business Model Canvas, aprender a conectarlo con el público y mucho más. Trabajar con las herramientas «camaleónicas» nos ha permitido adquirir pautas consolidadas para afrontar su desarrollo, de forma que nos permita crear un proyecto sostenible de alto impacto social. ¿Cómo? Durante nueve semanas y media recibimos talleres y actividades presenciales con personas expertas en la comunicación, el diseño, el marketing, la innovación… contando, además, con un acompañamiento online desde el aula virtual en Plataforma C.
Proceso que ha dado sus frutos ya que nuestro proyecto fue galardonado en la fiesta final de clausura, excelente broche de oro de nueve semanas de trabajo: música en directo, aperitivos, encuentros y presentaciones de los cinco proyectos finalistas frente al público. Fue este quien decidió el ganador y se convirtió con su voto en micro-mecenas de PRESSPLAY!, apoyándolo con 1000 euros de premio. Además, el HUB de Barcelona nos acoge durante un año para poder desarrollar PRESSPLAY! con la comodidad de un espacio compartido con otros tantos proyectos de emprendimiento social.
Desde REDO nos gustaría compartir la experiencia de los otros cuatro proyectos compañeros, que merece la pena conocer y seguir. Con alguno de ellos, de hecho, estamos ya caminando juntos. Sin olvidarnos del acompañamiento que nos han brindado Trànsit Projectes e Impact Hub Barcelona, de vuestro apoyo y de las energías compartidas con todas las compañeras y compañeros camaleones a quienes podéis conocer mejor en esta publicación: CAMALEONES Barcelona 2015.
Proyectos finalistas
VeniVidiBici. Plataforma dedicada a la cultura ciclista, que ofrece experiencias en la ciudad y sus alrededores desde el punto de vista privilegiado que solo una bicicleta puede brindar. Unas bicicletas clásicas a las que han dado una segunda vida en su ciclo-oficina. Ellas, con su historia y vida, son el corazón de su proyecto. Porque la perfección solo habita en la nostalgia.
Unofficial report. Conformados como un grupo interdisciplinar de «cotillas profesionales» esta plataforma de diseño capturar la creatividad, el espíritu, el latir personal de los distintos eventos alrededor del mundo. El objetivo es dar voz al espectador, convertirlo en protagonista de la experiencia y generar un «informe» que ofrezca una visión alternativa y útil, no oficial, de ese momento.
Ojo Rojo. Asociación cultural dedicada a la investigación, recopilación y difusión de trabajos audiovisuales latinoamericanos. Su camaleona, Verónica Baena, quiere desarrollar una plataforma online documental que genere, además, impacto económico en los conflictos que los documentales representan.
LiveSoundtracks.
Festival que propone experimentar el cine desde el punto de vista musical. Los músicos eligen sus películas favoritas, crean una banda sonora original para ellas y la interpretan en directo. El pasado 24 y 25 de abril celebraron una edición más con una buena acogida por parte del público asistente.
Y desde este no – manifiesto nos acercamos con colaboraciones periódicas en forma de cuentos remezclados para amantes del cine. Os animamos a descubrir el primero: You Wore Blue
“Konnichiwa”, Geisha, “Lady Dragon”. Muñequita asiática. Chinita. Son los estereotipos sobre los que se enmarca la visión (a veces mística) de las mujeres asiáticas. El calendario se aproxima al 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, así que es hora de revisar cómo las ha representado la música a lo largo del tiempo. Nos detendremos en el más musicalizado y conocido de todos ellos: el chinagirl.
La visión que tenemos sobre la mujer china ha representado sobre todo un estereotipo de exotismo oriental: una mujer misteriosa y sumisa. Esto se debe, en gran parte, a la percepción manuscrita que recogieron los occidentales cuando pisaron el gigante asiático; pero, sobre todo, a las obras de época imperial que sirvieron de ejemplo de recato y castidad –pensamiento extraído de la obra de Confucio–; asentando las bases del papel de la mujer en la sociedad como madres y buenas esposas.
Madres y buenas esposas. Función reproductora y sumisión. Simple. Así lo cantaba el dúo de pop británico The Korgis (conocidos por el tema Everybody’s Got to Learn Sometime) en su versión Chinese Girls de 1979:
Won’t somebody find me a Chinese girl
They’re different from us
Much more civilized
And they know how to cook
And look after a guy
Camino de los 80, hay quien echaba de menos los roles de género patriarcales, y quizás por eso encontraban en el estereotipo de chinagirl el “civismo” que las occidentales habían perdido: saber cocinar y cuidar del hombre. La investigadora Ellie M. Hisama alude a una práctica que en aquella década se convirtió en un verdadero negocio: los catálogos de pretendientes estilo Joyas de Oriente o Flores de Loto. En ellos, mujeres asiáticas se ofrecían en matrimonio a hombres occidentales asegurando una relación basada en los roles tradicionales. The Korgis continúan en el estribillo con la cosificación por procedencia de lachinagirl (“una mujer china”, les vale cualquiera del más de medio millón), e introducen el otro el elemento fundamental sobre el que se asienta el estereotipo: la fascinación exótica. “Fascinating, motivating. Chinese girl, Chinese girl”.
Al más puro estilo orientalista, la chinagirl es un objeto de deseo envuelto en perfumes de jazmín, rodeada de dragones mágicos, de piel sedosa y delicada belleza “salvaje”. A esta visión de mujer – jarrón (de porcelana china) se le han dedicado melodías como la de Roy Harper (1967).
Pretty little china girl
Tiny oriental pearl
Hold me in your dragon magic
Willow pattern smile
Veinte años más tarde, el grupo Mozzart insistía en la visión metamórfica en Jasmin China Girl. Hoy, Google nos devuelve webs porno y chats sexuales con el mismo término de búsqueda.
My jasmin girl find out city lights
Touch my cheek in China
All the dragons cry in China
I’m livin’ in a dream with you on my mind
Más cercana a esta concepción actual de la jasmin girl se sitúa Jonn Mellencamp, cuyo canto se transforma en una invitación sexual (no se sabe si consentida). Imagen pura, recatada, frágil para su China Girl (1982).
China girl, take me to your jasmine place
Cool me with your subtle grace, to know me is no sin
And I won’t break you, China girl
If you take me into your world
Sostiene la antropóloga Vanessa Domínguez que al reconocer una idea, historia o tradición que no es nuestra, nos distanciamos de ella. Pero al incorporarla o representarla, nos apropiamos de su derecho de uso, aunque no la reconozcamos como “nuestra”. No es algo que hagamos por desconocimiento, sino por la percepción que tenemos de ESO como OTRO. La naturaleza jerárquica implícita de la alteridad invita a prácticas – aparentemente inocuas – de representación que se transforman en estrategias de dominación a través de la apropiación.
Con esta misma práctica continúa John Mellencamp, que hila francamente fino en su visión de la chinagirl.
You touched me with your cool hand, your perfume’s in the wind
China girl, your daddy tells you white lies
To keep it from my blue eyes, to know me is no sin
And I won’t break you, China girl
La relación entre el narrador y la chinagirl no se compone a base de simples oposiciones binarias, sino jerárquicas: fuerte – débil, pasivo – agresivo, sutil – directo. Tal y como establece la corriente post-estructuralista, esta forma de representación occidental del pensamiento sitúa a uno de los dos opuestos en dominancia sobre el otro. Mellencamp no sólo hace referencia al sistema patriarcal (primero dominio paterno, luego marital) sino que introduce el choque de civilizaciones: “tu papi te cuenta mentiras blancas para alejarte de mis ojos azules, conocerme no es pecado”.
Parejo a estas representaciones sesgadas y unidimensionales surge el “paradigma del rescate”, como deseo de rescatar la “autenticidad” de una cultura o sistema social del destructivo cambio histórico. Implícitamente, salvarla también de aquellos por cuya negligencia podría desaparecer. El antropólogo cultural James Clifford alude, por ejemplo, al coleccionismo de arte antiguo. Sin embargo, salta la alerta en los estudios post-coloniales a este respecto (como ilustra Domínguez), por el sesgo apropiacionista de tales representaciones.
My little China Girl
You shouldn’t mess with me
I’ll ruin everything you are
I’ll give you television
I’ll give you eyes of blue
I’ll give you men who want to rule the world
Versionada hasta el infinito, no hay “Callejeros españoles a la conquista del mundo” que no incluya el China Girl de Bowie en su episodio sobre China. Iggy Pop y el inglés escribieron en Berlín la más famosa de todas las melodías dedicadas a una mujer china. Aunque la intérprete de su videoclip, Geeling Ng, era vietnamita. Y la chica en la que se inspiraron, Kuelan Nguyen, también.
El tema se lanzó por primera vez en el 77 (The idiot, de Iggy Pop), sin embargo, se convirtió en un verdadero éxito sólo tras el relanzamiento en el 83 por parte de Bowie, cuya versión incluía el famoso riff de apertura de Nile Rodgers. El videoclip, censurado en algunos países, y ganador de premios en otros, pretende ser, en palabras del propio Bowie “una declaración simple y directa contra el racismo”. Una advertencia, más bien, de la amenaza que supondría el imperialismo cultural de occidente:
Vestimenta campesina o traje Mao, cabello corto y recto, cara lavada. Así es la chinagirl antes de las perversiones materialistas occidentales. En una construcción más compleja que las anteriores, el videoclip ironiza primero con la colección de clichés asiáticos (uñas largas, bol de tallarines, ¿ojos rasgados hacia arriba, o hacia abajo?). Él, construido desde el mito del amor romántico (“I’d feel tragic like I was Marlon Brando”) se refleja como la amenaza occidental que “arruinará todo lo que ella es”:
I’d stumble into town
Just like a sacred cow
Visions of swastikas in my head
And plans for everyone
Disfrazado de lord inglés y custodiado por un militar, domina a la chinagirl como a un cachorro, para iniciar la transformación estética (y de valores, se sobreentiende) hacia la Geisha, y de ahí a la occidentalización total a base de maquillaje, peinados, televisiones y productos envasados. El escenario se colorea.
And when I get excited
My little China Girl says,
“Oh baby, just shut your mouth.”
She says, “Shhhh…”
Una mujer que, no obstante, es capaz de acallar los deseos (imperialistas) con tan sólo un susurro. A pesar de que la imagen de esta chinagirl es radicalmente opuesta a las anteriores, la opción de Bowie de no darle voz, es más, de simularla en un tono grave, ha sido criticada por la investigadora Hishama. Aunque reconoce que tanto la canción como el videoclip elevan la categoría de chinagirl, ve una oportunidad perdida para acabar con las representaciones unidimensionales de “mujer asiática”. Otras interpretaciones lo sitúan en el acierto, ya que la gravedad de la voz revela la posición de dominancia sobre la voz del narrador.
Treinta años más tarde, el grupo femenino de R&B 411 incluyeron su propia China Girl en su álbum de debut. Un tema que presenta a la peor de nuestras chinagirl: la indigente.
How do you find a place to sleep
When there’s nowhere to go
Life must be a living hell to you
Only time will show
There with no clothes or food to eat
Sin un hogar, ni comida, ni ropa, este cuarteto concluye con astucia que su vida debe ser un infierno. Aún así, es una rompecorazones (“All those hearts are breaking”) y todo el mundo la ama. Finalmente, el grupo le augura un regreso sano y salvo (de dónde, y adónde, no se sabe). Afortunadamente no hubo videoclip.
Sin llegar a presentarla como a una vagabunda, el cancionero infantil español ahondó en la imagen “chinita del Domund” de la mano de Miliki y Rita Irasema. ¿Quién no recuerda “chinita de amol”? La Gran Muralla, el Dragón Chino otros tanto tópicos están presentes en esta revisión animada del clásico de la familia Aragón. Va camino de los 6 millones de reproducciones.
Al mismo tiempo, algún tipo de problema atormentaba la mente de Enrique del Pozo para no ver la perversión que proponía en En un bosque de la China. Ana (una menor) cantaba lo siguiente:
Y yo a que sí y ella a que no
Ella que sí y yo que no,
Y al cabo fuimos y al cabo fuimos
Y al cabo fuimos de una opinión.
Al otro lado del charco la chinagirl también fue merecedora de ritmos sabrosones como el de Gilberto Santa Rosa. En La Chinita recupera el elemento afortunado que es poseerla, también presente en la canción de Mellencamp (“It’s been my good fortune to find you China girl”):
Me da un sopa de wanton y yo le doy mi corazón.
Ella es mi fortuna china. Lo leí en la galletita.
La “chinita” de cabello largo y mirada serena no escapó del vallenato colombiano de Diomedes Díaz, ni tampoco de los ritmos más actuales como el reggaetón que nos propone Golpe a Golpe. Impresionante recopilación de estereotipos machistas y racistas en su Chinita de los ojos cafés:
Rápido como Suzuki me comí su manimoto, no quedó nada fue tremendo terremoto (…)
En la cabeza tengo una gran confusión. No sé si eres de China, de Japón o de Hong Kong (…)
Chinita quiele a chinito “fuchila fuchila la la”
Recientemente otros géneros también han probado suerte homenajeando a la chinagirl; desde el trance del DJ Baintermix, pasando por la alternativa australiana de The Owls. Incluso eltechno minimal de Adam Beyer, despojada al fin de melodías pentatónicas. Y de cualquier referencia en general. Es lo que tiene el minimal, que es minimalista.
¿Y cómo es la chingirl en el sudeste asiático? Maia Lee, finalista del talent-reality Singapore Idol canta junto a Leonard T China Girl 2012:
Más pureza, dulzura y candor, dame tu amor, chinagirl. Cantada en inglés y mandarín, la canción tuvo tanto éxito que es fácil encontrar múltiples remixes como el de DJ Melodie.
La fantasía y el exotismo vienen reivindicados, no obstante, por la artista Shien Lee. Desde su web Not your China Girl juega con las representaciones visuales de la mujer exótica asiática a través de la fotografía y de la moda. Las reivindica como parte de su imaginario. Ante las muchas críticas recibidas, ella misma se explica: “La exotización de la realidad no exige el sacrificio de inteligencia. Es importante revertir estos malos entendidos entre las personas que no están familiarizadas con otra cultura. Sin embargo, la solución no es prohibir la propagación de la fantasía, sino alentar a las personas a aprender y participar activamente en las culturas que aprecian, para tomar una postura evaluativa sobre las representaciones culturales. Una persona inteligente y consciente será capaz de cuestionar la intención de una imagen y distinguir entre fantasía fabricada y realidad cultural, apreciando cada una en su contexto”.
Mientras la industria musical china lanza ladybands de imagen infantilizada y picante, en 2005 una cantante se desmarca de los clichés apostando por una imagen andrógina y masculina. Emulando precisamente al Bowie de Space Oddity (peinado, vestimenta) Chris Lee ganó el Super Girl a cara lavada y cantando boleros como este clásico de Carlos Leta Almarán Historia de un amor.
Ah, sí. La puesta en escena presenta estereotipos. Pero esa, esa es otra historia.
La vida antigua fue toda silencio. En el siglo diecinueve, con la invención de las máquinas, nació el Ruido. Hoy, el Ruido triunfa y domina soberano sobre la sensibilidad de los hombres.
Luigi Russolo. El arte de los ruidos. Manifiesto Futurista, 1913.
El sonido, el ruido, el silencio. Y en torno a ellos, la música experimenta a través de la transgresión de los límites convencionales. Primero, a través de la música concreta (años 50), con los trabajos de Pierre Schafferpara fonógrafo que recopiló bajo el título de Cinco Estudios sobre Ruidos. Surgía así la experimentación con la tecnología de grabación y con la manipulación de los sonidos. A la par que se abría en Francia el primer estudio de música electroacústica, que sumó a compositores como Messiaen, Boulez, Stockhausen, Varese o Xenakis, entre otros. Más tarde, a caballo entre Europa y Estados Unidos, John Cage daba nombre (y marco teórico) a la corriente a través del grupo artístico FLUXUS. “En esta música no hay nada más que sonidos: sonidos que han sido escritos y sonidos que no lo han sido. Los que no lo han sido parecen silencios en la música escrita y abren el camino de la música a aquellos sonidos que se producen en un entorno físico” escribiría el compositor. Las partituras se llenaban de notas aisladas, largos silencios y sonidos entresacados de diferentes elementos de nuestra realidad más inmediata. Y se creaban corrientes dentro de la corriente, como el minimalismo, que llegó a alcanzar cotas elevadas de desarrollo y popularidad. Desde entonces hasta nuestros días, la música experimental desafía las convenciones de la época, la armonía, la narrativa, los instrumentos, la identidad y el espacio. Amplía la definición de la música a los paradigmas ortodoxos de composición, interpretación y escucha.
Hoy se cumple ya más de un siglo de experimentación sonora, desde que Russolo elaborara aquel manifiesto ya convertido en mantra. Sin embargo, en China es una corriente musical apenas iniciada, con una fecha muy concreta en sus orígenes: el 2003, año de referencia para el sonido en el país, según investigadores como Groenewegen-Lau y artistas como Karkowski y Yan. Dos hechos marcaron esta cronología. Por una parte, la publicación del disco China: Sonic Avant-Garde, primera recopilación sobre la experimentación sonora a cargo de quince artistas de todo el país. “No más sinfonías o cuartetos de cuerda con títulos orientalizantes y motivos pentatónicos. De hecho, aquí no oirá ningún instrumento chino” se advierte. La compilación abarca gran variedad de estilos, desde plunderphonics, música concreta, electrónica experimental, ambient, collage sonoros, plug-in de modulación, texto-sonido, hasta la poesía sonora, pasando por el noise o la sátira política.
Detrás de la impecable producción de China: Sonic Avant-Garde (Post-Concrete, 2003) encontramos el nombre del artista poliédrico Yao Dajuin. Artista sonoro (y fundador de la influyente China Sound Unit, de la que nos encargaremos en el próximo artículo), DJ, músico y productor (desde la mítica etiqueta Post-Concrete), historiador de arte, poeta, tipógrafo, comisario de arte y educador.
En paralelo a la publicación del recopilatorio, Pekín recibía su primer festival internacional de arte sonoro, el Sounding Beijing. Una plataforma en la que artistas chinos e internacionales entraron en contacto por primera vez.
El evento también jugó un papel importante en la consideración internacional de los nuevos sonidos que provenían de China. FM3, CY (Ding Dawen), B6 (Lou Nanli), y Li Jianhong, entre otros, comenzaron a actuar por Europa. En Pekín, el poeta, artista sonoro, y co-organizador deSounding BeijingYan Jun comenzó a sentar las bases de una escena a medio camino entre la música experimental y el arte sonoro. El género tomaba consciencia de serlo.
Mención especial merecen en este capítulo el dúo FM3 formado por Christiaan Virant y Zhang Jian, cuyo trabajo se remonta a los inicios del milenio. Altamente influenciados por Cage, experimentaron con el sonido de instrumentos clásicos chinos y técnicas digitales modernas. En 2005 crearon la primera de sus Buddha Machines, Inspiradas en las populares Buddha Jukebox (unos pequeños aparatos que reproducen mantras repetitivos para facilitar la meditación). Este aparato – mitad disco, mitad instrumento – permite escoger entre los nueveloops almacenados. En realidad, las Buddha Machines son una composición musical en sí misma, creadas para experimentar con ellas y utilizarlas como base para otras composiciones. La última versión del aparato está disponible para múltiples soportes, como iPad, iPhone e iPod.
El pasado noviembre el dúo lanzó su nuevo disco tras diez años de trabajo con las Buddha Machines. Ting Shuo (听说 ), se adivina como un álbum bello e inquietante, con un perfecto equilibro entre introspección y evocación.
De forma paralela a FM3, Virant co-produce junto a Yan Jun desde la etiqueta Sub Jam, concebida como un colectivo de arte sonoro experimental. Desde sus dos sub-labels (集系列 – Miji Series y 观音唱片- Kwanyin Records) han publicado no sólo a lo más representativo de la experimental china, sino también a artistas internacionales como Tim Blechmann y Manuel Knapp, Olaf Hochherz o Martijn Tellinga. Además de performances, instalaciones sonoras y conciertos, desde 2010 Sub Jam produce el programa de radio on-lineRadio Enemy, un encuentro entre artistas, escritores y oyentes en torno al sonido.
No obstante se intente establecer una mínima cronología, el mismo Yang Yun sostiene que la música experimental es un “sonido sin genealogía”. “La principal característica del nuevo sonido en China es el de la “re-invención”. Entendido como proceso de construcción de la nada (no tanto como reutilización), el artista alude a la ausencia de una tradición musical moderna/contemporánea, así como a la falta de enlace con el propio patrimonio sonoro. Ambos fundamentales para el desarrollo de la experimentación sonora.
Sin ninguna duda, – afirma Yun – el sonido experimental chino floreció con internet, hecho que lo relaciona directamente con su estructura. La repentina apertura e importación anacrónica de todos los estilos musicales supuso la descontextualización de los géneros y tendencias. “Esto configura una mentalidad nueva respecto a todo lo que se ve y se oye” sostiene Yang Yun en el proyecto Revolutions Per Minute: Sound Art China.
Quizás fue esta falta de genealogía lo que llevó a la selecta etiqueta Sub Rosa a publicar la gran biblia sonora de la música experimental china: The Anthology of Chinese Experimental Music 1990 – 2008(Sub Rosa, 2009) Un esfuerzo de investigación y catalogación, el disco compila más de cinco horas de música de 48 artistas, en un intento de encontrar esos orígenes experimentales a través del noise, fundamentalmente.
Al tiempo que se traspasan las fronteras y Occidente los tiene en consideración, los sonidos experimentales chinos toman los museos, galerías y centros contemporáneos para devenir arte. Una práctica a la que prestaremos la atención que merece en el próximo artículo El arte de los ruidos (2). Experimentaciones sonoras en China.
Nacer cuesta lo suyo. Y aunque tan sólo se trate de cambiar una cifra por otra, tardamos 365 días en hacerlo. Así que mientras el 2015 se despereza, os proponemos este recordatorio de eventos musicales del año que hemos dejado atrás. Un 2014 de festivales, pérdidas, lanzamientos, revoluciones, colapsos de Youtube y nuevas promesas virales. Pasen y recuerden.
ENERO
Como si de una tradición se tratara, dimos la bienvenida al nuevo año con el lanzamiento del tercer volúmen del recopilatorio We are Shanghaiuna compilación anual destinada a proporcionar una instantánea de la escena musical ecléctica de Shanghai. We are Shanghai tiene como objetivo representar la producción musical de la ciudad en su conjunto, lo que nos permite apreciar en su plenitud la amplia gama de estilos y géneros musicales que se dan cita en la ciudad.
Y a vueltas con la censura inauguró el 2014 el rockero Cui Jian. Unas declaraciones de su agente confirmaron el rechazo del “padre del rock chino” a actuar en la Spring Festival Gala, uno de los programas televisivos de mayor audiencia mundial. Las razones que argumentó al New York Times: “porque no podemos cambiar las letras de las canciones”.
FEBRERO
La banda de k-pop femenino Girl’s Generation protagonizaron el comeback más esperado del año con la pesentación del teaser de su nuevo single Mr. Mr. Recordamos que el grupo famoso por el vídeo I Got a Boy sumó casi 85 millones de visitas en YouTube, ganando el premio al Videoclip del Año en la edición inaugural de Premios de la Música de YouTube. Barrieron a Justin Bieber, One Direction, Miley Cyrus y otros tantos súper-stars de la escena musical occidental. En este caso, en Mr. Mr nos presentan una inquietante puesta en escena para introducirnos en el híbrido electro hip-hop con el que la banda se maneja sin problemas. ¿Listos para bailar el adictivo “Mista Mista”?
MARZO
La banda de pop norcoreano feminina Morabong tocaron en presencia de Kim Jong – Un. Como cierre del concierto, proyectaron un documental sobre la dinastía Kim, en el que destacaban tres fotos de la infancia del actual dirigente. El vídeo del concierto dio la vuelta al mundo, a pesar de que la banda lleva en activo desde 2012. En su repertorio es fácil encontrar versiones de grandes clásicos como el My Way que popularizara Sinatra y otros temas que catalogan como “músicas del mundo”.
En Japón, la industria musical tembló con los datos que arrojó la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI). Según su informe, mientras el resto del mundo seguía mostrando una tendencia más o menos estable, la música japonesa (que representa más de una quinta parte de los ingresos globales) experimentó una caída del 16,7%.
ABRIL
El Modern Sky’s Strawberry Festival confirmó sus cabezas de cartel de la edición entrante: Explosions in the Sky, Justice, Cut Copy y HIM. Como representación local – pero de elevado reconocimiento internacional – anunciaron además la presencia de la estrella de cine y cantante Maggie Cheung (In the Mood for Love) junto a su banda. Este festival es uno de los más reconocidos y multitudinarios del mundo, cuyo crecimiento ha supuesto el despliegue a más de 10 ciudades en su última edición, incluyendo Wuhan, Xi’an, Shenzhen, y los centros musicales de Shanghai y Pekín.
MAYO
La banda china PAIRS dio su último concierto, poniendo fin a la trayectoria de uno de los grupos alternativos más interesantes de la escena en vivo de Shanghai. El líder y batería del grupo Xiao Zhong publicó en Douban un pequeño retrato de la vida como músico en esta vibrante capital, que dio muchísimo de qué hablar. En China Music Radar extrajeron los fragmentos más jugosos:
Hay un montón de bandas que necesitan desarrollar ciertas habilidades. No tanto las relacionadas con tocar un instrumento, sino con cómo lidiar con el dinero, cómo promover una gira, cómo hablar con el público, la forma de comunicarse con el organizador. Ser tímido o tener a alguien que lo haga evita desarrollar esas cualidades, de forma que cuando esa figura desaparece, uno se queda sin nada.
Una buena manera de sumarnos a la despedida de PAIRS es escuchando de nuevo el sencilloMean Buzz, del álbum If This Cockroach Doesn’t Die, I Will. Hasta siempre, PAIRS.
JUNIO
El Mercedes-Benz Arena ganó el premio al “Emplazamiento más dinámico de actuaciones a gran escala de China del 2013”. Anteriormente ya había sido nominado al premio “Recinto de actuaciones Internacional del Año” otorgado por Pollstar y el Estadio Business Awards. Con este galardón, el Mercedes-Benz Arena fue finalmente reconocido como un peso pesado de la industria tan sólo cuatro años después de su apertura. Hoy es uno de los mayores puntos de encuentro de entretenimiento del país, donde dan cita los espectáculos culturales más populares y los eventos deportivos más destacados de China. Sólo en 2013 celebró 148 actuaciones y congregó a alrededor de 641.000 personas.
JULIO
Asistimos al estreno de la web-serie The World Underground, un proyecto documental sobre las escenas musicales underground de todo el mundo, comenzando por China. En el concierto de presentación participaron, entre otros artistas, SUBS, Stolen, Chui Wan, Residence A y Diders. Aquí podéis ver el primer episodio de la serie:
AGOSTO
Del 11 al 23 de agosto el Beijing International Music Festival & Academy reunió en su primera edición a renombrados artistas, pedagogos y estudiantes de música orquestal de todo el mundo en una colaboración única para promover la enseñanza de alto nivel, el rendimiento y la armonía cultural a través de la música.
Este festival es el único festival de música de verano internacional anual de China de este tipo. Está abierto a pianistas, músicos de cuerda y de viento de madera de todas las nacionalidades.
SEPTIEMBRE
La prometedora girlband de K-Pop Ladie’s Code perdió en accidente de tráfico a dos de sus cinco miembros. El 3 de septiembre, el vehículo que transportaba al grupo chocó contra una barrera de contención en una autopista en Seúl. La cantante EunB, de 21 años, murió de manera inmediata. A los pocos días fallecía también RiSe, de 23 años y de origen japonés. La comunidad mundial de fans lloró su pérdida en las redes sociales publicando numerosos mensajes de apoyo en Twitter. En poco tiempo consiguieron que el hashtag #RIPEunB, primero, y #RIPRiSe después, se convirtiera en trending topic mundial.
OCTUBRE
Entrados ya en el otoño se concedieron por segundo año consecutivo los premios musicales Sound Stage, un programa de radio que emite lo mejor y más novedoso de la música independiente de China. Todas las semanas cuentan con la actuación en directo de una banda o músico local. Un verdadero termómetro de tendencias musicales que este pasado 2014 premió a Didiers en la categoría de música punk, Never Before en hard-rock, o Residence A en música electrónica.
Además, con motivo de la llamada “Revolución de los paraguas” hicimos un repaso de las melodías más reivindicativas que han sonado desde que Cui Jian cantara en la plaza de Tian’anmen Nothing to My Name. El hip-hop, el punk, el indie e, incluso, el pop, aportan grandes grupos y canciones que manifiestan el descontento de gran parte de la juventud sobre temas tan variados como la política, el medioambiente, el paro o la degradación cultural.
NOVIEMBRE
Y un año que va muriendo, y grandes damas de la música que lo acompañan en su viaje. Wang Kung, estrella de la música revolucionaria china y madrina del pop chino de los 80, falleció a los 89 años. Aquí podemos recordarla cantando el célebre melodrama The east is red:
A la par que las viejas glorias nos dejan, nuevas generaciones del pop chino revolucionan internet. El vídeo de la cantante Wang Rong alcanzó la viralidad durante este mes. Pollos, gallinas en bikini y bailarinas emplumadas coreografían un estribillo llamado a ser el sucesor del GanGnam Style. El Mando-Pop muestra los dientes al K-Pop en la lucha por el poder de la música mainstream. Y no falla: más de un millón de reproducciones y subiendo.
DICIEMBRE
Pero semanas más tarde el Gangnam style volvió a ser noticia. Y es que el famoso baile del caballo del coreano PSY rompió literalmente el contador de visitas de YouTube, que se paró en 2.147.483.647, el límite programado.
Y así, rompiendo cánones, es como nos gustaría recibir a este año entrante: sin límites ni barreras que nos permitan apreciar los mejores y más variados sonidos, a veces bizarros, en su mayoría interesantes, de este lado del mundo. Como propone el título de la sección que enmarca estas letras, 傾聽 (Qing ting), ¡escucha con atención!Y no te pierdas ni una nota de este 2015.
En esta nueva entrega de 傾聽 (Qing ting) en 遠方 Yuǎnfāng magazineme acerco al fenómeno de los conciertos sobre bandas sonoras de videojuegos. Una práctica que surgió en Japón en los 80, pero que en Europa no se extendió hasta bien entrado el nuevo milenio. Experimentación musical, apertura de públicos y poder de convocatoria. Las bandas sonoras de videojuegos están renovado la música en general, y la sinfónica en particular. Porque si las películas han sido las narrativas audiovisuales dominantes del siglo XX, los videojuegos serán las del XXI.
De cuerdas y bits
La música de videojuegos toma la batuta
Un gran sala sinfónica. Una orquesta de renombre. Un potente coro. Y más de dos mil entradas vendidas. El programa, sin embargo, no incluía a Mozart, Verdi o Beethoven. Sí a nombres como Nobuo Uematsu, Koji Kondo, o Kiochi Sugiyama. Tres compases bastan para reconocer el tipo de música con el que el Auditorio Nacional de Música de Madrid colgó el “no hay entradas” el pasado 9 de noviembre:
Quizás no sepamos identificarla a primera vista, pero al nombrar Súper Mario Bros inmediatamente sobrevuela la melodía 8 bit que tantas infancias ha acompañado desde hace casi treinta años. Es una llamada a la nostalgia; principal emoción que aflora en los conciertos Video Games Live. “El poder e intensidad de una orquesta sinfónica mezclada con la emoción y la energía de un concierto de rock y la tecnología e interactividad de un videojuego”, afirman sus organizadores. En el repertorio encontramos la música de las sagas de Zelda, Sonic, Monkey Island o Street Fighter junto a juegos más recientes como Mass Effect, Metal Gear Solid o Silent Hill. Porque, unida a la evolución técnica, gráfica y narrativa de los videojuegos, se encuentra la sofisticación de sus bandas sonoras. Y la apertura a un nuevo campo de apreciación musical, como demuestra la buena acogida de este tipo de conciertos.
A través de las primeras melodías monofónicas y cíclicas de microprocesadores (años 70) hasta las complejas orquestaciones y elaborados sound design de hoy en día se puede recorrer la historia de un género musical propio, cuya influencia sigue muy presente en la música actual. Sin embargo, hasta hace bien poco, era difícil poder escuchar las bandas sonoras de los videojuegos si no era sumergiéndonos en sus historias. Como con las delanime, podíamos encontrarlas por separado únicamente en Japón. Ya desde mediados de los 80 se comercializaban por separado, reinterpretaban en vivo o versionaban de manera habitual. El primero en iniciar esta práctica fue uno de los padres fundadores del género, Koichi Sugiyama – Dragon Quest – quien en 1986 lanzó al mercado una recopilación de sus composiciones interpretadas por la Orquesta Filarmónica de Londres. A él le debemos la primera serie de conciertos con música de videojuegos: los Family Classic Concerts. Ante el éxito de esta propuesta, posteriormente decidió ampliar el repertorio a otros compositores (Koji Kondo – Mario, The Legend of Zelda -, Nobuo Uematsu – Final Fantasy o Keiichi Suzuki–EarthBound -, entre otros) e incluir a más orquestas, como la Orquesta Filarmónica de Tokio y la Sinfónica NHK. Eran los Orchestral Game Concerts:
En Europa tuvimos que esperar hasta el nuevo milenio para escuchar el primer concierto sinfónico exclusivamente de este tipo de música. Fue en Alemania y a cargo de la Orquesta Sinfónica de la República Checa. Más tarde llegarían los Symphonic Game Music Concerts, que inspirados en los ciclos de Sugiyama, han incorporado a numerosos de los compositores en los arreglos orquestales e interpretaciones en directo. La misma Michiru Yamane interpretó suCastlevania al clavicémbalo y órgano en varios de ellos.
Totalmente conscientes de la capacidad de convocatoria (y de recaudación) de estos proyectos, algunas compañías desarrolladoras de videojuegos vieron el filón de extender la vida de sus sus productos a través de este tipo de conciertos. Totalmente ajena a la casa Square Enix, sin embargo, la propuesta Symphonic Fantasies destaca frente a todas las demás en esta tendencia cultural. Concebido como un homenaje sinfónico de las bandas sonoras de la series de Kingdom Hearts (Yoko Shimomura), Chrono (Hiroki Kikuta), Final Fantasy (Nobuo Uematsu) y Secret of Mana (Yasunori Mitsuda), es una propuesta de arreglos orquestales exquisitos, con una dirección impecable y, sobre todo, una narrativa musical coherente que atraviesa las piezas elegidas. No hay más que escuchar este movimiento construido sobre diferentes Final Boss para comprobarlo:
De conciertos temáticos a orquestas especializadas que tratan de “inyectar algo audaz, dinámico y fresco en la música clásica”. Es la Eminence Symphony Orchestra de Sidney. Fundada por el virtuoso violinista Hiroaki Yura hace diez años, ve en la interpretación de esta música (junto a la del anime o de películas de Hollywood), la oportunidad de romper las barreras entre el público y los músicos y vivificar la orquesta entre la gente joven.
Pero no debemos mirar solamente a las orquestas profesionales o a las grandes salas sinfónicas para comprobar el poder de atracción de estas bandas sonoras. La Symphonic Anime Orchestra, formada por gente voluntaria de todas las edades y con diversas capacidades, ha participado en multitud de convenciones de anime y videojuegos por todo Estados Unidos y Japón. Entre su repertorio encontramos habitualmente piezas de Zelda,Kingdom Hearts, Mario Bros o Final Fantasy. Llevan ya diez años con la “única” pretensión de fomentar la diversión y la inclusión social a través de la música.
Experimentación musical, apertura de públicos y poder de convocatoria. Las bandas sonoras de videojuegos están renovado la música en general, y la sinfónica en particular. Porque si las películas han sido las narrativas audiovisuales dominantes del siglo XX, los videojuegos serán las del XXI. La industria musical está tomando buena nota de ello.
En esta nueva entrega de 傾聽 (Qing ting) en 遠方 Yuǎnfāng magazine me acerco a la música reivindicativa en China, desde Tian’anmen hasta nuestros días. Un repaso por el rock, el punk, el indie, el pop y el hip-hop más contestatario. Sonidos y letras que bien podrían ser la banda sonora de la llamada «Revolución de los paraguas».
Música para una revolución
Cada revolución tiene su banda sonora. Cada protesta, su fiel correpetidor musical.
En 1939, Billy Holliday revolucionaba el mundo del espectáculo con su desgarradora interpretación de Strange fruit. Hoy convertida en mito, y versionada por múltiples artistas, transmitía la problemática de ser afroamericana en aquella época. Casi por las mismas fechas, el Lili Marleen se adaptaba ya a múltiples idiomas y por múltiples ejércitos, hasta convertirse en la canción de guerra más popular de todos los tiempos. Pero si hablamos de guerra, fue la de Vietnam la que, indudablemente, dejó más himnos a sus espaldas.
Otras luchas globales, como aquella contra la opresión de los individuos por parte de las instituciones y la autoridad, encontraron sus mejores sonidos en Another brick in the wall, de Pink Floyd (1979). Hoy, es imposible recordar la caída del muro de Berlín sin esta banda sonora. Viejos temas que vuelven a nuestros oídos en protestas actuales, como el People have the power de Patti Smith, durante las manifestaciones anti-Berlusconi, o nuevas letras en viejas melodías, como “Tories, Tories will tear us apart again” por la canción de Joy Division Love Will Tear Us Apart. En otros casos, es su propia existencia y puesta en escena lo que desafía el establishment, como las Pussy Riot rusas.
Aún no sabemos qué melodías acompañan a la llamada “Revolución de los paraguas” (#UmbrellaRevolution o #UmbrellaMovement), ni si alguna de ellas se convertirá en himno. Quizás vengan en forma de adaptación de algún hit occidental, o creen su propio sonido. Si la apuesta es rescatar algún tema contestatario de su discografía, pueden hacerlo. Porque también hay música reivindicativa en China.
En mayo de 1989, meses antes de que el mundo coreara “We don’t need no education. We don’t need no thought control”, un rockero llamado Cui Jian se subía a un improvisado escenario en la plaza de Tian’anmen con una venda roja sobre los ojos para cantar los siguientes versos:
That day you used a piece of red cloth to blindfold my eyes and cover up the sky You asked me what I could see I said I could see happiness
“A piece of red cloth es melodía sobre la alienación – explica el rockero -. Me tapé los ojos con un trapo rojo para simbolizar mis sentimientos. Los estudiantes eran héroes. Ellos me necesitaban, y yo los necesitaba”.
Después de Tian’anmen, las autoridades prohibieron sus conciertos durante más de una década. “Tocábamos en fiestas y espectáculos ilegales en hoteles y restaurantes” afirma Jian. El “viejo Cui”, considerado el padre del yaougun (rock) chino, fue llamado a tocar con los Rolling Stones en 2006. Aunque las autoridades chinas prohibieron la interpretación de cuatro temas (Brown Sugar, Let’s Spend the Night Together, Honky Tonk Women y Beast of Burden), nada pudo impedir que el emocionante Wild Horses tocado a medias con Jiang pasara a la historia del rock:
I have my freedom but I don’t have much time Faith has been broken tears must be cried Let’s do some living after we die
Hoy, dicen que el “el viejo Cui” se porta bien y cuenta por ello con las bendiciones del régimen.
Y entonces nació el punk. Después de años del destierro del rock (banda sonora de las manifestaciones del 89), sonaron las primeras notas musicales del género subversivo por excelencia. Eran mediados de los 90, y dos ciudades se convirtieron en centros de esta nueva escena underground: Pekín y Wuhan. Así lo cuenta Wu Wei, líder del grupo SMZB: “Empecé SMZB en 1996, después de escuchar los Sex Pistols, los Ramones y The Clash,” afirma elfrontman a The Guardian. “Sentí que por fin había encontrado una manera de expresarme. Antes del punk había escuchado otros tipos de rock: los Red Hot Chilli Peppers, The Doors y Pink Floyd. Pero cuando escuché el punk me di cuenta de que esta era mi música”.
A pesar de ser un estilo minoritario en China (apenas unos 50 grupos contados), el punk goza de buena salud y logra esquivar la censura. Espacios limitados, público reducido y vías de distribución alternativas a los canales oficiales ofrecen un poco más de libertad de expresión a los grupos. El punk chino representa para sus seguidores una vía de escape frente alestablishment político, económico, social y familiar. También una mecanismo para no olvidar. En 2004, SMZB lanzó el larga duración China Dream, hoy disco icono por su portada simbólica (la columna imperial de la plaza de Tian’anmen con un montón de calaveras a sus pies) y letras feroces:
SMZB (生命之餅) – China Dream
This Oriental empire is just like a big tomb It buries consciencie, morality and truth It is just like a big prison. It prisons freedom and dream. People are living in a nightmare like this. When will they wake up?
Hong Kong, sonidos para una revolución
Sin irnos muy lejos de la Plaza Cívica, en el mismo Hong Kong, encontramos un dúo de indie-pop muy particular: My Little Airport. Ah P (Lam Pang) y Nicole (Nicole Au Kin-ying) decidieron un día musicalizar aquello que aprendían en sus clases de periodismo en la Universidad Shue Yang, como la teoría de las 5W. Con sus melodías folkies y unos títulos peculiares (su álbum de debut se llamó the ok thing to do on sunday afternoon is to toddle in the zoo (Harbour Records, 2004), MLA consiguió cierta popularidad entre la juventud local y más allá, al firmar con Elefant Records en 2006. El dúo canta en inglés, cantonés, y a veces usan el francés. Pero que no nos engañe su estilo naïf. Desde hace cinco años, encontramos entre su discografía canciones de marcado carácter político. Uno de sus grandes éxitos, Donald Tsang, Please Die, fue escrito como contestación a Tsang, quien sugirió que las protestas de la Plaza de Tian’anmen fueron insignificantes en comparación con actual poder económico de China.
Donald Tsang, please die 我哋實上街 (we will definitely take on the street to protest) Donald Tsang, please die We’re all poor guys
El videoclip del tema tuvo más de 30.000 visitas durante el fin de semana de su lanzamiento.
Junto a Donald Tsang, please die, el dúo arremete contra el sistema y canta los problemas de la juventud de Hong Kong en temas como Youth Society o Divvying up Stephen Lam’s $300000 salary.
Sin embargo, es en el proyecto paralelo de Ah P, Forever Tarkovsky Club, donde se concentra toda la protesta y la crítica social. Con tono satírico, abordan temas políticos disfrazados de canciones de amor, como en上街的理由 (Calles), una arenga que incitaba a tomar las calles el 1 de julio (fecha en la que se celebra la recuperación de la soberanía sobre Hong Kong por parte de China). Otros temas como la pobreza o el desempleo están presentes en Don’t Sell Flags in Sham Shui Po y Give Him a Job.
Ya desde sus inicios, allá por 2008, la banda jugaba a “molestar a las autoridades”. Entre el candor y la controversia, anunciaron por Facebook su concierto de debut con el título “X-Mas Half-Naked Party” (聖誕 半裸 派對). La imagen del cartel mostraba a su amiga Siu Ding semi desnuda con una melódica cubriéndole el pecho. Finalmente, la Policía intervino y el show fue cancelado. Pero el incidente les animó escribir la canción de protesta 灣仔差館奇遇記.
Y del indie más alternativo al pop más comercial. Luchas de otros océanos cantadas en idiomas de otros continentes. El grupo hongkonés Beyond compuso en el 91 Glorious years,(uno de sus temas estrella), inspirados en la figura y lucha de Nelson Mandela. Poco más tarde, vieron cómo su canción Amani (Paz), cantada en parte en swahili, se convertía en himno de muchas campañas pro-derechos humanos.
Otro de sus éxitos, No more hesitation, planteaba lo siguiente en sus letras:
In boredom I see hesitation It’s not easy to reach a goal Even thought there is confidence The moral is restrained Who designs the roads for me? And outlines the Universe in my heart? I only want to depend on my own To say Hi to my ideal
No more Hesitation. Con subtítulos en inglés.
“Si eres un jodido inútil, entonces tienes que dimitir. Sois todos unos idiotas inútiles, y cada uno de nosotros tiene que sufrir”. Corría el año 2003 cuando estos versos llenaban el aire de las calles de Hong Kong. El grupo pionero de hip hop Lazy Mutha Fucka (LMF) se disolvía dejando un largo recorrido musical de reivindicaciones rimadas, mezcladas con rock y thrashmetal, toques de funk ocasionales e, incluso, de reggae.
Desde sus orígenes, LMF expresaron su descontento hacia los disturbios políticos y económicos en Hong Kong, la prensa amarilla (Hum Ga Ling) – o la incompetencia de sus líderes políticos (como en la antes citada WTF). Además, también animaron a sus seguidores a revalorizar su propia cultura, rica y ancestral, de la que los jóvenes hongkoneses debían sentirse orgullosos. La canción 1127 recoge el legado de Bruce Lee y le propone como el modelo chino a seguir.
LMF-1127(李小龍紀念歌)
Hoy, su carismático líder MC Yan, se moviliza contra la contaminación de las ciudades y rapea para Greenpeace en Dirty Air.
Dirty Air: MC Yan (subtítulos en inglés)
Se cumple ya un mes de las movilizaciones en Hong Kong. Sólo el tiempo dirá si lograrán “saludar su ideal”. Pero mientras tanto, surgen los vídeos – homenaje a #OccupyCental with Love and Peace.
Y tienen su propia banda sonora.
Imágenes de las protestas en Hong Kong. Música: Sky (Introduced By) de Beyond.
El alcance de la opinión pública siempre se ha restringido por barreras comunicativas que han ido cambiando a lo largo del siglo XX. La idea de una opinión pública realmente global no tiene precedentes históricos, pero no es aventurado suponer que las TCI la posibilitan a corto o medio plazo. Esta comunicación realizará una revisión a las diferentes teorías posmodernas del concepto de legitimidad del conocimiento y su relación con la teoría de los medios de auto-comunicación de masas propuestos por Castells. En un momento en el que la comunicación cada vez es más global, la escuela hermenéutica nos recuerda que el proceso de apropiación es también local. Una aproximación al caso de la Twitter Revolución iraní nos permitirá valorar este hecho a partir del análisis de la recepción y contextualización de los mensajes comunicativos en la Sociedad Red.
¿Existe una concepción unívoca y unitaria del mundo, de la realidad? ¿Sobre qué puntos de vista se asienta dicha concepción? ¿Quién o qué estipula que son justas y verdaderas? ¿Cómo se vehiculan estas visiones? ¿En qué medida la emergencia de los nuevos medios digitales ayudan a cambiar estos procesos? ¿Qué capacidad de acción tenemos como sujetos sociales de derecho? Autores como Lyotard o Vattimo teorizan sobre estas cuestiones a partir de la condición postmoderna.