En esta nueva entrega de 傾聽 (Qing ting) en 遠方 Yuǎnfāng magazine me acerco a la música reivindicativa en China, desde Tian’anmen hasta nuestros días. Un repaso por el rock, el punk, el indie, el pop y el hip-hop más contestatario. Sonidos y letras que bien podrían ser la banda sonora de la llamada «Revolución de los paraguas».
Música para una revolución
Cada revolución tiene su banda sonora. Cada protesta, su fiel correpetidor musical.
En 1939, Billy Holliday revolucionaba el mundo del espectáculo con su desgarradora interpretación de Strange fruit. Hoy convertida en mito, y versionada por múltiples artistas, transmitía la problemática de ser afroamericana en aquella época. Casi por las mismas fechas, el Lili Marleen se adaptaba ya a múltiples idiomas y por múltiples ejércitos, hasta convertirse en la canción de guerra más popular de todos los tiempos. Pero si hablamos de guerra, fue la de Vietnam la que, indudablemente, dejó más himnos a sus espaldas.
Otras luchas globales, como aquella contra la opresión de los individuos por parte de las instituciones y la autoridad, encontraron sus mejores sonidos en Another brick in the wall, de Pink Floyd (1979). Hoy, es imposible recordar la caída del muro de Berlín sin esta banda sonora. Viejos temas que vuelven a nuestros oídos en protestas actuales, como el People have the power de Patti Smith, durante las manifestaciones anti-Berlusconi, o nuevas letras en viejas melodías, como “Tories, Tories will tear us apart again” por la canción de Joy Division Love Will Tear Us Apart. En otros casos, es su propia existencia y puesta en escena lo que desafía el establishment, como las Pussy Riot rusas.
Aún no sabemos qué melodías acompañan a la llamada “Revolución de los paraguas” (#UmbrellaRevolution o #UmbrellaMovement), ni si alguna de ellas se convertirá en himno. Quizás vengan en forma de adaptación de algún hit occidental, o creen su propio sonido. Si la apuesta es rescatar algún tema contestatario de su discografía, pueden hacerlo. Porque también hay música reivindicativa en China.
En mayo de 1989, meses antes de que el mundo coreara “We don’t need no education. We don’t need no thought control”, un rockero llamado Cui Jian se subía a un improvisado escenario en la plaza de Tian’anmen con una venda roja sobre los ojos para cantar los siguientes versos:
That day you used a piece of red cloth
to blindfold my eyes and cover up the sky
You asked me what I could see
I said I could see happinessCui Jian, A piece of red cloth
“A piece of red cloth es melodía sobre la alienación – explica el rockero -. Me tapé los ojos con un trapo rojo para simbolizar mis sentimientos. Los estudiantes eran héroes. Ellos me necesitaban, y yo los necesitaba”.
Sin embargo, fue otro de sus temas el que se convirtió en el verdadero himno de los manifestantes: Nothing to My Name. “Me permite olvidar” dice la letra. “No tengo a dónde ir”.
Después de Tian’anmen, las autoridades prohibieron sus conciertos durante más de una década. “Tocábamos en fiestas y espectáculos ilegales en hoteles y restaurantes” afirma Jian. El “viejo Cui”, considerado el padre del yaougun (rock) chino, fue llamado a tocar con los Rolling Stones en 2006. Aunque las autoridades chinas prohibieron la interpretación de cuatro temas (Brown Sugar, Let’s Spend the Night Together, Honky Tonk Women y Beast of Burden), nada pudo impedir que el emocionante Wild Horses tocado a medias con Jiang pasara a la historia del rock:
I have my freedom but I don’t have much time
Faith has been broken tears must be cried
Let’s do some living after we die
Hoy, dicen que el “el viejo Cui” se porta bien y cuenta por ello con las bendiciones del régimen.
El rock ha muerto. ¡Larga vida al punk!
Joseph Campbell, escritor de Red Rock: The Long, Strange March of Chinese Rock & Roll, sostiene que el rock chino está falto de una voz verdaderamente contestataria.
Y entonces nació el punk. Después de años del destierro del rock (banda sonora de las manifestaciones del 89), sonaron las primeras notas musicales del género subversivo por excelencia. Eran mediados de los 90, y dos ciudades se convirtieron en centros de esta nueva escena underground: Pekín y Wuhan. Así lo cuenta Wu Wei, líder del grupo SMZB: “Empecé SMZB en 1996, después de escuchar los Sex Pistols, los Ramones y The Clash,” afirma elfrontman a The Guardian. “Sentí que por fin había encontrado una manera de expresarme. Antes del punk había escuchado otros tipos de rock: los Red Hot Chilli Peppers, The Doors y Pink Floyd. Pero cuando escuché el punk me di cuenta de que esta era mi música”.
A pesar de ser un estilo minoritario en China (apenas unos 50 grupos contados), el punk goza de buena salud y logra esquivar la censura. Espacios limitados, público reducido y vías de distribución alternativas a los canales oficiales ofrecen un poco más de libertad de expresión a los grupos. El punk chino representa para sus seguidores una vía de escape frente alestablishment político, económico, social y familiar. También una mecanismo para no olvidar. En 2004, SMZB lanzó el larga duración China Dream, hoy disco icono por su portada simbólica (la columna imperial de la plaza de Tian’anmen con un montón de calaveras a sus pies) y letras feroces:
SMZB (生命之餅) – China Dream
This Oriental empire is just like a big tomb
It buries consciencie, morality and truth
It is just like a big prison.
It prisons freedom and dream.
People are living in a nightmare like this.
When will they wake up?
Hong Kong, sonidos para una revolución
Sin irnos muy lejos de la Plaza Cívica, en el mismo Hong Kong, encontramos un dúo de indie-pop muy particular: My Little Airport. Ah P (Lam Pang) y Nicole (Nicole Au Kin-ying) decidieron un día musicalizar aquello que aprendían en sus clases de periodismo en la Universidad Shue Yang, como la teoría de las 5W. Con sus melodías folkies y unos títulos peculiares (su álbum de debut se llamó the ok thing to do on sunday afternoon is to toddle in the zoo (Harbour Records, 2004), MLA consiguió cierta popularidad entre la juventud local y más allá, al firmar con Elefant Records en 2006. El dúo canta en inglés, cantonés, y a veces usan el francés. Pero que no nos engañe su estilo naïf. Desde hace cinco años, encontramos entre su discografía canciones de marcado carácter político. Uno de sus grandes éxitos, Donald Tsang, Please Die, fue escrito como contestación a Tsang, quien sugirió que las protestas de la Plaza de Tian’anmen fueron insignificantes en comparación con actual poder económico de China.
Donald Tsang, please die
我哋實上街 (we will definitely take on the street to protest)
Donald Tsang, please die
We’re all poor guys
El videoclip del tema tuvo más de 30.000 visitas durante el fin de semana de su lanzamiento.
Junto a Donald Tsang, please die, el dúo arremete contra el sistema y canta los problemas de la juventud de Hong Kong en temas como Youth Society o Divvying up Stephen Lam’s $300000 salary.
Sin embargo, es en el proyecto paralelo de Ah P, Forever Tarkovsky Club, donde se concentra toda la protesta y la crítica social. Con tono satírico, abordan temas políticos disfrazados de canciones de amor, como en上街的理由 (Calles), una arenga que incitaba a tomar las calles el 1 de julio (fecha en la que se celebra la recuperación de la soberanía sobre Hong Kong por parte de China). Otros temas como la pobreza o el desempleo están presentes en Don’t Sell Flags in Sham Shui Po y Give Him a Job.
Ya desde sus inicios, allá por 2008, la banda jugaba a “molestar a las autoridades”. Entre el candor y la controversia, anunciaron por Facebook su concierto de debut con el título “X-Mas Half-Naked Party” (聖誕 半裸 派對). La imagen del cartel mostraba a su amiga Siu Ding semi desnuda con una melódica cubriéndole el pecho. Finalmente, la Policía intervino y el show fue cancelado. Pero el incidente les animó escribir la canción de protesta 灣仔 差 館 奇遇 記.
Y del indie más alternativo al pop más comercial. Luchas de otros océanos cantadas en idiomas de otros continentes. El grupo hongkonés Beyond compuso en el 91 Glorious years,(uno de sus temas estrella), inspirados en la figura y lucha de Nelson Mandela. Poco más tarde, vieron cómo su canción Amani (Paz), cantada en parte en swahili, se convertía en himno de muchas campañas pro-derechos humanos.
Otro de sus éxitos, No more hesitation, planteaba lo siguiente en sus letras:
In boredom I see hesitation
It’s not easy to reach a goal
Even thought there is confidence
The moral is restrained
Who designs the roads for me?
And outlines the Universe in my heart?
I only want to depend on my own
To say Hi to my ideal
No more Hesitation. Con subtítulos en inglés.
“Si eres un jodido inútil, entonces tienes que dimitir. Sois todos unos idiotas inútiles, y cada uno de nosotros tiene que sufrir”. Corría el año 2003 cuando estos versos llenaban el aire de las calles de Hong Kong. El grupo pionero de hip hop Lazy Mutha Fucka (LMF) se disolvía dejando un largo recorrido musical de reivindicaciones rimadas, mezcladas con rock y thrashmetal, toques de funk ocasionales e, incluso, de reggae.
Desde sus orígenes, LMF expresaron su descontento hacia los disturbios políticos y económicos en Hong Kong, la prensa amarilla (Hum Ga Ling) – o la incompetencia de sus líderes políticos (como en la antes citada WTF). Además, también animaron a sus seguidores a revalorizar su propia cultura, rica y ancestral, de la que los jóvenes hongkoneses debían sentirse orgullosos. La canción 1127 recoge el legado de Bruce Lee y le propone como el modelo chino a seguir.
LMF-1127(李小龍紀念歌)
Hoy, su carismático líder MC Yan, se moviliza contra la contaminación de las ciudades y rapea para Greenpeace en Dirty Air.
Dirty Air: MC Yan (subtítulos en inglés)
Se cumple ya un mes de las movilizaciones en Hong Kong. Sólo el tiempo dirá si lograrán “saludar su ideal”. Pero mientras tanto, surgen los vídeos – homenaje a #OccupyCental with Love and Peace.
Y tienen su propia banda sonora.
Imágenes de las protestas en Hong Kong. Música: Sky (Introduced By) de Beyond.
Lee el artículo en Yuanfang Magazine
Andrea Aisa Vega
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