23/2/2014
La integración de la península de Crimea en Rusia ya es una realidad inevitable, que se ha impuesto por la fuerza y la decisión casi plebiscitaria de la población que allí habita. No obstante, la crisis en Ucrania no ha llegado a su fin, sino que entra en un proceso de transición incierto, al menos hasta la celebración de las elecciones a la presidencia.
Por un lado, vamos a asistir a un reajuste interno de los partidos políticos con representación parlamentaria. El Parlamento actual (la Rada Suprema, con un total de 450 representantes) está integrado por cinco grupos políticos principales, cuya representatividad, de menos a más, es la siguiente: Partido Comunista (32 escaños); Unión Pan-Ucrania (Svoboda), de extrema derecha (36 escaños); Alianza Democrática para la Reforma (Udar), de corte conservador (42 escaños); Unión de todos los Ucranianos “Patria” (Batkivshchina), de centro derecha (99 escaños); y el Partido de las Regiones, que ha sustentado el Gobierno precedente del presidente destituido, Yanukovich, centrista y con influencia fundamental en la población rusófona (209 escaños).
Da la impresión de que los acontecimientos de los últimos días van a reforzar poderosamente las posiciones de dos de ellos: la Alianza Democrática para la Reforma (Udar), dirigido por el ex boxeador Vitali Klitschko; y la Unión de todos los Ucranianos “Patria” (Batkivshchina), cuya líder es Yulia Timoshenko. De hecho, quien es considerado como la mano derecha de Timoshenko, Alexandr Turchinov, ha sido nombrado presidente interino del país hasta la celebración, el próximo 25 de mayo, de los comicios presidenciales.
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